Biotecnología en el Diseño de los Aceites

Lic. María Carolina Scarabello

Los aceites y las grasas representan un porcentaje significativo en la dieta humana. Asimismo, hay evidencia científica que indica que existe una relación entre la calidad y/o cantidad de grasas consumidas y el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, entre otras. Por tal motivo, los profesionales de la salud recomiendan no solo un menor consumo de grasas y aceites sino también el consumo de ciertos ácidos grasos más saludables, como por ejemplo grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas.

La biotecnología moderna, asi como el mejoramiento convencional, permiten generar cultivos con aceites mejorados en su composición, como la canola con alto contenido de ácido esteárico, que produce un aceite que requiere poca hidrogenación, disminuyendo o eliminando el contenido de ácidos grasos trans; o soja con alto contenido de oleico y muy bajo contenido de ácidos grasos poli- insaturados, logrando un aceite muy estable, similar a aceites totalmente hidrogenados, pero de mejor calidad nutricional. Todas estas mejoras en los cultivos se traducen en una mejor calidad de los alimentos, generando finalmente un beneficio para los consumidores.

Durante cientos de años, el hombre modificó las plantas para ser usadas como alimento. En un principio, los métodos de mejoramiento se basaban en la cruza de plantas y posterior selección, también conocido como "breeding" o "mejoramiento tradicional". El descubrimiento de la estructura del ADN, hace apenas 54 años, llevó al surgimiento de técnicas que finalmente dieron lugar a la posibilidad de introducir ADN en una célula. Este conjunto de técnicas hoy se conoce como Ingeniería genética, Técnicas de ADN recombinante o Biotecnología moderna. Estas tecnologías han permitido introducir una o varias características provenientes de un organismo donante en un organismo receptor. La ingeniería genética se ha aplicado al mejoramiento de plantas, permitiendo modificaciones genéticas muy específicas como por ejemplo cultivos protegidos del daño de ciertos insectos o de virus, cultivos tolerantes a herbicidas o vegetales con retraso en el tiempo de maduración.

En el año 2006, se cumplieron 10 años de la biotecnología agrícola en la Argentina, alcanzando una superficie de 18 millones de hectáreas con cultivos genéticamente modificados, incluyendo soja, maíz y algodón. A nivel global hoy hay 22 países productores de cultivos genéticamente modificados, con un total de 102 millones de hectáreas cultivadas.

Generalmente se habla de tres "olas" en biotecnología vegetal: la "Primera Ola", son aquellos cultivos a los que se les ha incorporado una característica agronómica. Hay varios de estos cultivos que ya cuentan con aprobación comercial en Argentina, como maíces "BT" y algodón "BT", con la característica de protección del daño por insectos; soja y algodón "RR", con tolerancia al herbicida glifosato, maíz con dos características apiladas RR/BT (con protección del daño por insectos y tolerancia a herbicidas).

Los cultivos de la "Segunda Ola" son aquellos que han sido modificados para mejorar su calidad como alimentos, como por ejemplo soja con modificación en la composición de aceites que brinda un aceite más saludable; maíz con alto contenido aminoácidos esenciales (ej: lisina), o canola con altos niveles de ácidos grasos omega-3.

La "Tercera Ola" de cultivos genéticamente mejorados está conformada por los que se utilizarán para sintetizar productos como fármacos, vacunas, biocombustibles o plásticos biodegradables.

Hoy estamos frente a la segunda ola de productos derivados de la Biotecnología Vegetal. Varios cultivos con mejoras nutricionales ya cuentan con aprobación comercial en algunos paises, o están en las últimas fases de evaluación. Dentro de estos productos se encuentran algunos cultivos en los que se ha usado la biotecnología moderna para "diseñar" el contenido de aceites, como por ejemplo canola, arriba mencionada, y también soja y girasol.

La combinación de ésta y otras tecnologías y herramientas de mejoramiento, en particular el uso de marcadores moleculares para asistir en los programas de mejoramiento tradicional y también en la introgresión de características introducidas por ingeniería genética en los cultivos de oleaginosas, hace que hoy se estén desarrollando mejores variedades en menos tiempo. Esto permitirá combinar cada vez más características deseables en cuanto a la funcionalidad y calidad de los aceites.

Bibliografía

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